Oración afectiva
Esta oración está más cerca del significado tradicional de "contemplación" que cualquier otro método que hayamos visto. Es una forma de oración más pasiva y menos activa. Consiste esencialmente en estar consciente de algo ante Dios, como un gato sentado inmóvil ante una puerta, esperando que se abra. Podríamos simplemente descansar conscientes del amor de Dios por nosotros, de Su poder o de Su presencia. Podríamos simplemente estar en Su presencia sufriendo de deseo. No estamos pasando por un proceso de razonamiento; no estamos hablando palabras (a menos que ocasionalmente una sola palabra o frase corta, como "¡Señor, ayúdame!" o "¿Quién soy yo? - ¿Quién eres tú?").
No estamos tratando de encontrar respuestas ni tomar ninguna decisión. Simplemente estamos en la presencia de Dios, absorbiendo la verdad, la bondad, el amor y proyectando nuestra necesidad y deseo.
Para ayudarnos a entrar en esta oración, debemos seguir las instrucciones dadas en el Preámbulo, pero para que la oración afectiva sea lo que debe ser la posición del cuerpo es de particular importancia. Cuando no nos expresamos a través de palabras y no estamos ocupados en un proceso de pensar o elegir, es de gran ayuda si el cuerpo mismo expresa la actitud o el deseo que deseamos sostener en nuestra oración. Una pareja enamorada, por ejemplo, puede permanecer en silencio cómodamente durante largos períodos si están sentados abrazados, mientras que sin el contacto corporal podrían sentir la necesidad de "decir algo". Cuando nuestra oración es sólo un estar consciente con Dios, una posición corporal expresiva nos libera de la necesidad de hablar.